Gente que grita, gente que habla, gente que desea. Solo Dios sabe cuán responsables somos o fuimos. ¿Piedad? Si no es por sus predestinadas vidas, la piedad solo sería una palabra más del diccionario...

Quizás las ganas pueden más que mi intelecto, eso quisiera. Pero también quisiera ver ese objetivo soñado que, creo, incluye a aquellos que gritan silenciosamente (aunque para algunos no tengan voz).

Algo en mí me dice que seré guiada por una luz lejana, esa luz que me reveló lo que ahora estoy descubriendo. Lo es todo o no es nada, solo yo lo sé. ¡Dichoso sentimiento éste! ¿Maldición? ¿Bendición? ¿Señal?... Tan doloroso es verlos en su estado más crudo.

Personas que necesitan de alguien que sienta en verdad, que posean esa sensibilidad llena del coraje suficiente para poder guiarlos a una mañana donde todos podamos sentarnos a la mesa para compartir un simple almuerzo, sintiéndonos hermanos y amando la tierra donde nos tocó nacer.